lunes, 25 de mayo de 2009

LA GLOBALIZACIÓN: antecedentes historicos

Globalización es un término popular que se emplea para referirse a un aumento de la integración económica de los países. Actualmente se observa una creciente integración en el espectacular crecimiento de los movimientos internacionales de bienes, servicios y capital.

Algunos autores consideran más adecuado en español el término mundialización, galicismo derivado de la palabra francesa mondialisation, en lugar de globalización, anglicismo procedente del inglés globalization, puesto que en español «global» no equivale a «mundial», como sí ocurre en inglés.

Sin embargo, el Diccionario de la Real Academia Española registra la entrada «globalización», entendida como la «tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales» (DRAE 2006, 23ª edición), mientras que la entrada «mundialización» no está en el Diccionario, aunque están planeando incluirla.

En Estados Unidos, un importante componente de la globalización es el espectacular aumento que ha experimentado la proporción de la producción nacional que de dedica a las importaciones y a las exportaciones. Como consecuencia de la continua disminución de los costes de transporte y de las comunicaciones, así como de los aranceles y de otras barreras al comercio, la proporción de la producción nacional correspondiente al comercio se ha duplicado con creces en los últimos cincuenta años. Actualmente, los productores nacionales compiten con lo productores de todo el mundo en sus decisiones relacionadas con los precios y con los diseños.

El aumento del peso comercial ha ido acompañado de un aumento de la especialización en el propio proceso de producción, ya que en algunas fases de producción se “subcontratan” a otros países. Un ejemplo representativo es la producción de muñecas: El plástico y el pelo proceden de Taiwán y de Japón; antes el montaje se hacia en esos países pero ahora ha emigrado a zonas de costes mas bajos de Indonesia, Malasia y China. Los propios moldes proceden de Estados Unidos, al igual que las pinturas utilizadas para decorarlas. China suministra trabajo y tela de algodón utilizada para los vestidos. Las muñecas se venden a 10 dólares, de los cuales 35 centavos corresponden al trabajo chino, 65 a los materiales extranjeros, 1 dólar a los beneficios y el transporte de Hong Kong y el resto son los gastos de comercialización y de trasporte de Mattel dentro de estados unidos y sus beneficios.

Los datos indican que este proceso de división del proceso productivo es característico de las actividades manufactureras en los países de renta alta.

El segundo componente de la globalización es la reciente integración de los mercados financieros. La integración financiera se observa en la aceleración del ritmo al que se conceden préstamos internacionales, así como en la convergencia de los tipos de interés de los distintos países. Las principales causas de la integración de los mercados financieros han sido el desmantelamiento de las restricciones a que estaban sometidos los movimientos internacionales de capitales, la reducción de los costes y las innovaciones introducidas en los mercados financieros, especialmente la utilización de nuevos tipos de instrumentos financieros.

La integración financiera internacional ha permitido indudablemente beneficiarse del comercio, ya que los países que pueden dar un fin productivo al capital pueden pedir un préstamo a los que tienen un exceso de ahorro. En las dos ultimas décadas, Japón ha sido el principal país prestamista del mundo. Sorprendentemente Estados Unidos ha sido el mayor deudor, debido en parte a su baja tasa de ahorro nacional y en parte, al dinamismo tecnológico de sus industrias de computadoras, telecomunicaciones y biotecnológicas.

La integración de los mercados de bienes y financieros ha permitido beneficiarse enormemente del comercio, ya que han bajado los precios, ha aumentado la innovación y se ha acelerado el crecimiento económico. Pero estos efectos han sido acompañados de dolorosos efectos secundarios.

Una de las consecuencias de la integración económica es el desempleo y los beneficios que se pierden cuando los productores extranjeros de bajos costes desplazan al productor nacional. Al trabajador textil reempleado, al agricultor en quiebra le sirve de muy poco consuelo el hecho de que los consumidores están pagando unos precios más bajos por los alimentos y por la ropa. Los que salen perdiendo como consecuencia del aumento del comercio internacional se han convertido en incansables defensores del “proteccionismo” en forma de aranceles y de contingentes sobre el comercio internacional.

La segunda consecuencia son las crisis financieras internacionales provocadas por la integración financiera. A finales de los años noventa, los problemas de Tailandia, México y Rusia se difundieron a los mercados de acciones y bonos de todo Edmundo. El contagio de las pequeñas perturbaciones es una consecuencia directa de la estrecha integración de los mercados. Así como actualmente la crisis de Estados Unidos afecta a las economías de la mayoría de países del mundo.

Historia de la Globalización

La historia de las sociedades, especialmente las europeas, a partir de la travesía de Cristóbal Colón en 1492 muestra que la gran mayoría ha tenido sólidas vocaciones expansivas. Esto dio lugar a una serie de imperios. Durante ese periodo, la teoría política y económica que regía las relaciones tanto entre los imperios como los de las metrópolis hacia las colonias era el mercantilismo, que presupone la competición por una cantidad finita de riqueza, lo que "obligaba" a un control estricto del comercio. Esto ocasionó tensiones entre las potencias coloniales, de donde nació la necesidad de buscar arreglos entre ellas. Así, por ejemplo, en 1494, en el primer tratado global de la historia, España y Portugal se reparten el mundo a ser conquistado, dividiéndolo de acuerdo al Tratado de Tordesillas.

Posteriormente, movimientos independentistas causan el fin de ese primer período colonial de la Edad Moderna. La lección aprendida por Gran Bretaña tras la pérdida de sus colonias en Norteamérica fue que el comercio internacional puede aportar prosperidad, incluso en ausencia de dominio colonial. El mercantilismo fue remplazado por nuevas teorías: el laissez-faire económico y el liberalismo político y social de Adam Smith y sus sucesores. Esa nueva visión contribuyó durante los años cuarenta y cincuenta del siglo XIX a la extensión del modelo de la División internacional del trabajo, asignando a Europa la producción de bienes manufacturados y a los países no europeos la producción de materias primas, guiándose por la teoría de la ventaja comparativa desarrollada por David Ricardo, generando así una inmensa acumulación de capital que dio impulso al sistema capitalista industrial.

En el área del comercio internacional, el proteccionismo mercantilista es reemplazado por el libre comercio. Karl Marx y Friedrich Engels describen en 1848 este período, que algunos estudiosos han denominado como la primera ola de mundialización:

La burguesía, al explotar el mercado mundial, da a la producción y al consumo de todos los países un sello cosmopolita. Entre los lamentos de los reaccionarios destruye los cimientos nacionales de la industria. Las viejas industrias nacionales se vienen a tierra, arrolladas por otras nuevas, cuya instauración es problema vital para todas las naciones civilizadas; por industrias que ya no transforman como antes las materias primas del país, sino las traídas de los climas más lejanos y cuyos productos encuentran salida no sólo dentro de las fronteras, sino en todas las partes del mundo. Brotan necesidades nuevas que ya no bastan a satisfacer, como en otro tiempo, los frutos del país, sino que reclaman para su satisfacción los productos de tierras remotas. Ya no reina aquel mercado local y nacional que se bastaba así mismo y donde no entraba nada de fuera; ahora, la red del comercio es universal y en ella entran, unidas por vínculos de interdependencia, todas las naciones. Y lo que acontece con la producción material, acontece también con la del espíritu. Los productos espirituales de las diferentes naciones vienen a formar un acervo común. Las limitaciones y peculiaridades del carácter nacional van pasando a segundo plano, y las literaturas locales y nacionales confluyen todas en una literatura universal.

La burguesía, con el rápido perfeccionamiento de todos los medios de producción, con las facilidades increíbles de su red de comunicaciones, lleva la civilización hasta a las naciones más salvajes. El bajo precio de sus mercancías es la artillería pesada con la que derrumba todas las murallas de la China, con la que obliga a capitular a las tribus bárbaras más ariscas en su odio contra el extranjero. Obliga a todas las naciones a abrazar el régimen de producción de la burguesía o perecer; las obliga a implantar en su propio seno la llamada civilización, es decir, a hacerse burguesas. Crea un mundo hecho a su imagen y semejanza. (Manifiesto del Partido Comunista)

Sin embargo, esta situación empezó a cambiar en la década del setenta del siglo XIX. Las dificultades comerciales de Gran Bretaña se agudizaron en la "Larga Depresión" de 1873–96, un periodo prolongado de deflación, lo que condujo al abandono del libre comercio entre las potencias europeas (en Alemania desde 1879 y en Francia desde 1881). Esto a su vez provocó un nuevo periodo colonial. Las potencias europeas colonizaron amplias regiones del Medio Oriente, África, Asia, etc. a veces desplazando imperios no europeos. Esto ocasionó nuevas tensiones entre las potencias coloniales lo que a su vez llevó a nuevas tentativas de arreglos entre ellas. En 1904. Inglaterra y Francia firman la "entinte cordial" y EEUU declara el Corolario Roosevelt a la Doctrina Monroe


La nueva ola proteccionista desembocó en dos sangrientas guerras mundiales, que causaron grandes sufrimientos a los pueblos y enormes daños a las economías, llevando a la retracción del volumen y la importancia de los flujos internacionales de comercio. Durante esas fechas se produce en 1917 la Revolución Rusa que establece el primer estado comunista: la Unión Soviética. Sin embargo las guerras no resuelven el otro problema central de la economía mundial de la época: las fluctuaciones cíclicas o Crisis cíclicas de la actividad económica, en períodos relativamente cortos de expansión seguidos por recesión. La más conocida de estas es la gran depresión de 1929.

Hacia el fin de este periodo, entre las dos guerras, se empieza a aceptar en las naciones capitalistas la noción de que el Estado tiene una doble función fundamental en el buen funcionamiento de la economía: uno en asegurar la prosperidad de la población y el otro en evitar los ciclos de crecimiento y recesión. Se crean así las bases para la aparición del Estado de bienestar
En 1945, poco antes de finalizar la Segunda Guerra Mundial, las Naciones Unidas, aún en proceso de constitución, realizan una Conferencia Financiera en Bretton Woods (EEUU), donde se decide crear el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Poco después, en 1947, se firma el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT), antecesor de la OMC. En lo relacionado a políticas del desarrollo, se implementa el Plan Marshall


Sin embargo, al terminar la guerra, el mundo se dividio en dos grandes bloques político-económicos: el bloque capitalista con el liderazgo indisputado de Estados Unidos y el bloque comunista (COMECON) con el liderazgo también indisputado de la Unión Soviética. El poder atómico con que contaron ambos bloques expuso a la Humanidad al peligro de una guerra nuclear y, por primera vez, a la posibilidad de autodestruirse como especie. Este peligro produjo la llamada guerra fría, e incremento una conciencia de destino común como especie.

Por su parte, los pueblos de las colonias europeas iniciaron una serie de luchas de descolonización o de liberación nacional que culminaron en la creación de más de 100 nuevas naciones independientes. Muchos de estos países prefirieron no alinearse en ninguno de esos dos bloques. Emergió entonces un Tercer Mundo que se organizó como Movimiento de Países No Alineados que, aún manteniendo cierta relación con uno o con los dos bloques, se mantenían neutrales en la confrontación global. Este sector puso en práctica una serie de políticas a fin de obtener su desarrollo económico muchas de las cuales estaban basadas en el principio de Industrialización por sustitución de importaciones


En ese periodo los países capitalistas se reorganizaron, guiados por los acuerdos del GATT, en el OCDE. El producto interno de ese bloque se expandió y al mismo tiempo se vio la emergencia a la preeminencia de las "corporaciones" o Empresas Multinacionales, con gran poder económico y político y que desplazan a las empresas del capitalismo clásico que tanto Smith como Marx conocieron[]

Históricamente, los bloques practicaban el proteccionismo en relación a los otros y a veces con sus propios aliados. Entre los bloques capitalistas y comunistas el motivo es obvio. Pero a su vez ambos buscaban manipular las lealtades de los miembros del grupo tercermundista a través de la concesión o negación de relaciones económicas. A su vez, los tercermundistas trataban de evitar esa relación que fue descrita como de dependencia o neocolonial tratando de llegar a la autosuficiencia económica.

Sin embargo, una nueva crisis que se inició a mediados de la década del sesenta (ver estanflación), agudizada por la crisis del petróleo de 1973 provocó una reorganización radical de la economía, fundada en la intensa promoción de la innovación tecnológica (TIC), la reforma de las políticas de desarrollo (ver Consenso de Washington) y tentativas de desmantelar del Estado de Bienestar, que llego a ser visto como -en las palabras de Margaret Thatcher - un "estado niñera", sofocador de las libertades y restringidor de la capacidad de escoger de los individuos.
El 9 de noviembre de 1989, se produjo la caída del Muro de Berlín, abriendo camino a la implosión de la Unión Soviética en 1991 y la desaparición del bloque comunista.

A partir de ese momento comenzó una nueva etapa histórica: la globalización.

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